30 de enero, Día Escolar de la Paz
¡CULTURA DE PAZ! ES LO NUEVO
Porque lo viejo, lo primitivo, es la violencia. La educación aspira a superar el primitivismo y crear unos modales de diálogo, de respeto, de acogida al otro... el hermano hombre que habita mi misma aldea. ¡Es la cultura de los 2000!
Desde 1964, por iniciativa de un educador de Palma de Mallorca, Lorenzo Vidal, viene celebrándose en las escuelas el día 30 de enero (aniversario de la muerte de Gandhi, 30-1-48) como Día Escolar de la No-Violencia y la Paz. La Asamblea General de la ONU ha acordado promover esta celebración en todo el mundo.
El planteamiento de este día se basa en el artículo número uno de los Derechos Humanos, que dice que todos los hombres –sin distinción de raza, lengua, ideología, nacionalidad y religión- somos hermanos, ciudadanos de una misma tierra y, en consecuencia, debemos amarnos fraternalmente.
En no pocas ciudades esta celebración ha saltado de las escuelas a la calle, realizando los escolares cadenas humanas y manifestaciones con pancartas y símbolos de paz.
La UNESCO ha declarado los diez primeros años del milenio (2000 – 2010) como Década para una Cultura de Paz y de No-Violencia para los Niños del Mundo. Un título un poco largo, pero al que no le sobran palabras: se trata de que empiece una nueva cultura, es decir, una nueva lógica a la hora de relacionarnos y de resolver nuestras diferencias. En las mentes y el corazón de los hombres habita ahora, como la cosa más natural, la violencia; es en la mente y el corazón de los que se educan donde hay que poner para el futuro los cimientos de la paz. Lo lógico es no matar, no herir, no pegar, no maltratar con gestos ni palabras.
Varios Premios Nobel lanzaron el 4 de marzo de 1999 un manifiesto: es una preciosa síntesis de lo que ellos entienden por una cultura de paz. Es el talante del nuevo milenio.
MANIFIESTO 2000
“Reconociendo mi parte de responsabilidad ante el futuro de la humanidad, me comprometo en mi vida diaria, en mi familia, en mi trabajo, en mi comunidad, mi país y mi región a:
1. respetar la vida y la dignidad de cada persona sin discriminación ni prejuicios;
2. practicar la no-violencia activa, rechazando lo que es violento en todas sus formas: física, sexual, psicológica, económica y social, en particular hacia los más débiles y vulnerables, como son los niños y niñas y los adolescentes;
3. compartir mi tiempo y recursos materiales, cultivando la generosidad, a fin de terminar con la exclusión, la injusticia y la opresión política y económica;
4. defender la libertad de expresión y la diversidad cultural, privilegiando siempre la escucha y el diálogo, sin ceder al fanatismo, ni a la maledicencia y el rechazo del prójimo;
5. promover un consumo responsable y un modo de desarrollo que tenga en cuenta la importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del planeta;
6. contribuir al desarrollo de mi comunidad, favoreciendo la plena participación de las mujeres y el respeto de los principios democráticos, con el fin de crear juntos nuevas formas de solidaridad.”
El objetivo de este día es resaltar la importancia de la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no-violencia y la paz. Y destacar el papel de los centros educativos como instrumentos de paz y entendimiento entre personas de distinta formación, raza, cultura y religión. Asimismo, el 30 de enero se conmemora, además, la muerte del líder nacional y espiritual de la India, Mahatma Gandhi, el 30 de Enero de 1948, asesinado a tiros por un fanático hinduista.
¡CULTURA DE PAZ! ES LO NUEVO
Porque lo viejo, lo primitivo, es la violencia. La educación aspira a superar el primitivismo y crear unos modales de diálogo, de respeto, de acogida al otro... el hermano hombre que habita mi misma aldea. ¡Es la cultura de los 2000!
Desde 1964, por iniciativa de un educador de Palma de Mallorca, Lorenzo Vidal, viene celebrándose en las escuelas el día 30 de enero (aniversario de la muerte de Gandhi, 30-1-48) como Día Escolar de la No-Violencia y la Paz. La Asamblea General de la ONU ha acordado promover esta celebración en todo el mundo.
El planteamiento de este día se basa en el artículo número uno de los Derechos Humanos, que dice que todos los hombres –sin distinción de raza, lengua, ideología, nacionalidad y religión- somos hermanos, ciudadanos de una misma tierra y, en consecuencia, debemos amarnos fraternalmente.
En no pocas ciudades esta celebración ha saltado de las escuelas a la calle, realizando los escolares cadenas humanas y manifestaciones con pancartas y símbolos de paz.
La UNESCO ha declarado los diez primeros años del milenio (2000 – 2010) como Década para una Cultura de Paz y de No-Violencia para los Niños del Mundo. Un título un poco largo, pero al que no le sobran palabras: se trata de que empiece una nueva cultura, es decir, una nueva lógica a la hora de relacionarnos y de resolver nuestras diferencias. En las mentes y el corazón de los hombres habita ahora, como la cosa más natural, la violencia; es en la mente y el corazón de los que se educan donde hay que poner para el futuro los cimientos de la paz. Lo lógico es no matar, no herir, no pegar, no maltratar con gestos ni palabras.
Varios Premios Nobel lanzaron el 4 de marzo de 1999 un manifiesto: es una preciosa síntesis de lo que ellos entienden por una cultura de paz. Es el talante del nuevo milenio.
MANIFIESTO 2000
“Reconociendo mi parte de responsabilidad ante el futuro de la humanidad, me comprometo en mi vida diaria, en mi familia, en mi trabajo, en mi comunidad, mi país y mi región a:
1. respetar la vida y la dignidad de cada persona sin discriminación ni prejuicios;
2. practicar la no-violencia activa, rechazando lo que es violento en todas sus formas: física, sexual, psicológica, económica y social, en particular hacia los más débiles y vulnerables, como son los niños y niñas y los adolescentes;
3. compartir mi tiempo y recursos materiales, cultivando la generosidad, a fin de terminar con la exclusión, la injusticia y la opresión política y económica;
4. defender la libertad de expresión y la diversidad cultural, privilegiando siempre la escucha y el diálogo, sin ceder al fanatismo, ni a la maledicencia y el rechazo del prójimo;
5. promover un consumo responsable y un modo de desarrollo que tenga en cuenta la importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del planeta;
6. contribuir al desarrollo de mi comunidad, favoreciendo la plena participación de las mujeres y el respeto de los principios democráticos, con el fin de crear juntos nuevas formas de solidaridad.”
El objetivo de este día es resaltar la importancia de la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no-violencia y la paz. Y destacar el papel de los centros educativos como instrumentos de paz y entendimiento entre personas de distinta formación, raza, cultura y religión. Asimismo, el 30 de enero se conmemora, además, la muerte del líder nacional y espiritual de la India, Mahatma Gandhi, el 30 de Enero de 1948, asesinado a tiros por un fanático hinduista.
